Crónica XVII. Apuko Igoera: Trail extremo y desafío en territorio rebelde

Este año estrenábamos temporada de Trail en territorio rebelde, en la ya mítica Apuko Igoera. A diferencia del año pasado, en esta XVII edición se presentaba totalmente diferente en cuanto a la climatología se refiere. Conocedores del recorrido, embarcábamos en un punto equidistante entre los dos puntos a cubrir: la intensa subida del cortafuegos y el descenso técnico del Apuko.

Un escenario exigente desde el inicio

De camino a Zaramillo se vaticinaba la dificultad de la jornada, pero no fue hasta llegar al “campamento base” cuando fuimos conscientes de lo que nos aguardaba. Lluvia, vientos racheados y bajas temperaturas fueron la bienvenida de las Encartaciones. Nos pusimos las botas, metimos todo el equipo y, tras protegernos bajo una capa, emprendimos el camino. Los primeros senderos, más amables, presentaban el estado habitual tras una semana de lluvias y frío en invierno: caminos llenos de grandes charcos, barro y el follaje de los pinos. Tras adentrarnos en zona boscosa, nos encontramos más protegidos ante los elementos climatológicos, aunque se presentaron nuevas dificultades: pendientes con un desnivel considerable y resbaladizas.

El cortafuegos: un tramo de pura resistencia

Poco a poco nos acercábamos al primer punto a través del camino del cortafuegos en un terreno blando, y, paulatinamente, la niebla empezaba a coger protagonismo. A los pies del Eretza, en el último sector del cortafuegos, la escena se asemejaba a la de una película de terror de hombres lobo. Bajo la lluvia, la niebla dificultaba la visibilidad y creaba una atmósfera lúgubre, la abundancia del barro dificultaba la marcha y los trabajos forestales dejaban un terreno lleno de troncos y follaje.

Situados en nuestra primera parada, tuvimos que idear con una bolsa una protección contra el agua para la cámara. El estado del terreno dificultaba un movimiento activo, por lo que, tras varias pruebas de configuraciones y ángulos, elegimos dos localizaciones para inmortalizar el esfuerzo que requería el cortafuegos hacia el Eretza.

La carrera toma forma

Los corredores no tardaron en llegar y, al igual que en la edición anterior, Aritz Egea tomaba la delantera en esta primera parte de la prueba. A escasos segundos llegaba Alain Santamaría, y Fabián Venero, uno de los favoritos en la previa a la carrera, llegaba un poco más retrasado en sexto lugar. Según nos contaba en su cuenta de Instagram, no tuvo buenas sensaciones en esta primera parte de la carrera. En cuanto a las participantes, Naiara Irigoyen imprimió un ritmo alto desde el principio, demostrando la fortaleza con la que el año pasado consiguió el título mundial del Kilómetro Vertical. Controlando su ritmo, Irune Vélez pasaba en segunda posición a escasos metros de Sandra Sevillano.

El descenso del Apuko: un punto decisivo

Los y las corredoras seguían llegando y subían en fila de uno como si de una procesión se tratara. A nosotros nos llegó la hora de movernos al encuentro de la cabeza de la carrera en el descenso del Apuko, un lugar decisivo donde se suele decidir el podio. No iba a ser fácil porque un terreno muy resbaladizo dificultaba la transición. Aunque llevábamos ropa y calzado adecuado para la situación, junto con bastones de montaña, esto no impidió que nos cayéramos y, en ocasiones, resbaláramos varios metros abajo.

Las condiciones mejoraban y llegábamos a pie del Apuko a escasos minutos de la llegada de los primeros participantes. Saltaba la sorpresa cuando, de la cumbre, descendía en primera posición Fabián Venero. Tras lograr dar la vuelta a la situación y un esfuerzo constante, consiguió hacerse con la prueba. Por otra parte, tras toda una carrera juntos, Aritz y Alain descendían en una estrecha lucha, la cual terminó venciendo Alain en los últimos kilómetros. En cuanto al podio de las chicas, no hubo movimiento en cuanto a las posiciones. Naiara consolidaba el poderío mostrado a lo largo de la prueba, mientras que Irune y Sandra completaban una prueba a un alto nivel.

Más que una competición, una conquista personal

Pero más allá de las posiciones y los podios, esta Apuko Igoera vuelve a recordarnos que cada zancada es una conquista personal. Entre el barro, la lluvia y el frío, brillan aquellas y aquellos que no corren por ganar, sino por vencer sus propios límites. Son quienes enfrentan la montaña no como rival, sino como compañera de viaje, quienes convierten cada metro en una historia de lucha, cada resbalón en aprendizaje y cada llegada, en triunfo. Para ellas y ellos, cuyo verdadero podio es cruzar la meta con el corazón latiendo de orgullo, va nuestro mayor reconocimiento. Porque en el trail, más que competir, se vive. Y en esa entrega, está la verdadera victoria.

Revive la emoción en nuestra galería

Para nosotros, cada evento es una historia por contar a través de imágenes. La XVII Apuko Igoera nos dejó un material increíble que ya está disponible en nuestra galería. Revive cada instante de la carrera y encuentra ese momento que define tu lucha y tu pasión por el trail.

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📊 Clasificaciones de Apuko Igoera:

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